
¡Ya perdiste!
La inseguridad ciudadana tristemente es algo con lo que todas las personas en nuestro país convivimos. Es un sentimiento de peligro causado por diversas razones. La raíz del problema parte desde la pésima distribución de autoridades. Es el caso de San Borja donde existe menos población y más efectivos policiales, todo lo contrario sucede en San Juan de Miraflores donde la actividad delincuencial es muy frecuente y la población sobrepasa el millón de habitantes. Según la ONU, debe ver un agente por cada doscientos cincuenta habitantes, sin embargo, en Lima es un agente por cada ochocientos cincuenta y seis habitantes[1]. Primero se debe incrementar el número de autoridades en Lima, para luego dispersar los equitativamente en todos los distritos, según el número de habitantes que estos tengan. Obviamente no se tendrá un cambio instantáneo.
La población siente el profundo nivel de inseguridad en su día a día, que incluso han logrado aceptado como algo normal en nuestra ciudad. La inseguridad ciudadana en Lima es causada por la ineficacia de las normas establecidas y las autoridades. Tres de cada cuatro peruanos han sido víctimas de robo y se estima que sólo el 25% de los actos delictivos son denunciados. La mayoría de la población cree que la inseguridad es mayor, por causa de carencia de leyes adecuadas[2], no se acercan a las comisarías a poner una denuncia porque no confían en la justicia. Existen más de una solución que ayudará a la posibilidad de darle un giro a esta fatal realidad.
Más aún, otros contribuidores de la seguridad ciudadana, son los serenazgos. En muchas ocasiones, los serenazgos no toman la responsabilidad ni se comprometen cuando ocurre algún acto delictivo entre las fronteras de distritos. Por ejemplo, en la avenida Separadora Industrial que está ubicada entre Ate y La Molina, es muy común que los serenos se limpien las manos. En una ocasión fui testigo de un robo donde el delincuente se fue corriendo con la cartera de la víctima, cuando la señorita pidió ayuda a un sereno, éste comenzó la búsqueda para luego indicar que no podía ayudar más, ya que el delincuente se había ido a otro distrito, y era responsabilidad de los agentes del distrito de Ate. Como solución a esto, se debe hacer una reunión de serenos, para implementar ¨SERENAZGOS SIN FRONTERAS¨, la ayuda a los pobladores donde sea posible. Asimismo, involucra tener mayor comunicación de acuerdo con: las zonas con mayor peligro, seguimiento de grupos delictivos organizados, y más. Esto se debe generalizar en todo Lima, ya que actualmente se aplica en pocos distritos de la ciudad. Por ello se debe mejorar los pagos, beneficios y brindar mejor capacitación para impulsar la motivación de nuestras autoridades.
Posiblemente estas propuestas parezcan fuera de la realidad, pero ¿acaso no puede ser posible? La seguridad ciudadana depende del Estado y el Ministro del Interior[3], el cual no cumplió sus funciones como era requerido. Por otra parte, el Presidente Pedro Pablo Kuczynski ha comenzado a realizar cambios. En el mes de octubre de 2016, una nueva ley ha sido publicada, que expresa que los actos de corrupción tendrán una pena de cinco a veinte años y bajo ciertas circunstancias hasta muerte civil. Esto marca un positivo cambio para la sociedad peruana, que ojalá se cumpla. Para los que no quieren cambios y esperan aprovecharse de la desnudez de la ciudad, ya perdieron, porque ahora existen personas que creen en el cambio y lo realizarán.
[1] INEI, (2015)
[2] IPSOS (2015)
[3] Ley Nº 27933, en el Artículo 6 La Dependencia
De: Angeles Trinidad Pacheco
