
¡Ahí, en el área Jefferson!,¡De 9 Jefferson!¡De goleador!, Con la pasión de treinta millones de peruanos con la mano en el pecho que no pierden la esperanza, ni mucho menos el amor a una camiseta que los mantiene unidos por un sueño compartido cada partido que disputa la selección.
Cómo olvidar cuando subía esas graderías, los gritos entusiasmados a lo lejos, un ¡OHHH VAMOS PERÚ! Resonaba tan fuerte dentro del Nacional y una manta rojiblanca que cubría todas las tribunas. Un partido que definía el retorno aclamado de la selección a un mundial, luego de tantos años de espera. Los intensos chillidos marcaron el inicio y el final de una ilusión que ya estoy acostumbrado a vivir como un deja vu los últimos años de mi vida.
Sin importar los resultados y las lágrimas sigo siendo el mismo hincha empedernido, con la constante esperanza que los relatos de mi padre se vuelvan realidad. Ese mismo sentimiento que me aferra cada cuatro años a estar pegado al televisor, ahorrar mis propinas o tener la radio pegada a la oreja gritando cada gol de aquellos que considero guerreros por vestir la blanquiroja.
Con la mano en el pecho

Foto: Anónimo
Por: Alejandro Gutiérrez Calle
